Especialidades de vivir.

Frente a mi, la entrada del Metro de Moncloa, al montar en el vagon con mi música a todo volumen me siento en el suelo como de costumbre. Me encanta sentarme en el suelo del metro aunque abunden los sitios libres, la gente me mira raro diciendome con los ojos que puedo ocupar una silla en vez de limpiar el suelo con mi trasero.
He llegado a mi destino y al caminar voy haciendo fotografias con la mente a todo lugar que pasa por delante de mis pupilas y se conecta con mi memoria. ¡Todo lo que haria yo con una buena réflex!
Disfruto viendo a la gente sonreir por la calle pero mas me gusta la gente enfadada, que facil es esbozar una falsa sonrisa, pero a nadie le gusta estar enfadado ¡Ole por la gente sincera que gruñe cuando ha tenido un mal día!
También me gusta ver la gente entrada en carnes, porque se que comen todo lo que les apetece y disfrutan con ello. Vida solo hay una y no hay que reprimirnos, me encantan los excesos.
En cambio yo, adoro que se me marquen los huesos (eso si, comiendo todo lo que me plazca). La sensacion de que se me marquen las costillas con la camiseta, que los huesos de la cadera sobresalgan por encima del pantalon y que se pueda rodear con una mano mi tobillo...amo la extrema delgadez en mi cuerpo, en cambio los demás me gustan como son y nadie lo entiende.
Todos queremos sentirnos especiales y hoy mientras caminaba por la calle, antes de meter la llave en la cerradura de mi edificio he pensado si todo lo que pasaba por mi cabeza a lo largo del día era corriente o no lo era. Después reflexione y me di cuenta de que todos necesitamos sentirnos especiales aunque no lo seamos. Yo no quiero ser especial, prefiero ser rara.